son las 3:37 de la madrugada.
No hay motivo aparente para estar despierto...
y sin embargo aquí estoy
preguntándome qué se puede hacer a las 3:37
en alguna carretera de una pequeño pueblo de Rumanía.
Yo sólo quiero una camarera
que llegue a casa con olor a aceite frito,
con una aburrida chaqueta de lana
por encima de su traje de camarera,
para resguardarse del frío del invierno.
Y quiero que todo el maquillaje del mundo
no baste para camuflar el vacío de sus ojos.
Y cuando llegue a casa
yo le masajearé los pies fríos
hasta que se duerma agotada
esperando la jornada de mañana.
Y la besaré en la frente deseándole buenas noches.
Y sangraré todos mis pecados,
y sangraré todos mis pecados.
No tendré miedo a la noche
mientras tenga algo que escribir.
Montaré una fiesta con todos mis fantasmas,
será muy divertido.
Pero me pregunto qué pasará
si un día se mueren mis palabras...
y yo aún sigo vivo.
brutal, el poema adecuado para mi momento anímico
ResponderEliminartraía tiritas en el bolsillo... pero me las he guardado...
ResponderEliminarbss