malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

jueves, 9 de mayo de 2013

Isabel Piñana, poemas




*
Nadie sabe
lo escondida que voy
en este cuerpo que me finge.

*

                                                 (Tengo una puerta si la abro es un oráculo)


*

Rota y con las manos en el pecho,
tejida
la boca, el cuello, una clavícula.
Llena de costuras:

Cosida a mí misma por mí misma
madeja
-hilos de estopa verdirroja-.
Enhebro y desenhebro.

La ausencia borda
(aguja, urdimbre, estambre).

Mi cuerpo es un telar.

*

Pronuncio mis palabras
                                                                                suenan distinto, son
                                                                               como pequeños hijos
                                                                                            de mi boca.

*

Mírala: pantera. Ella goza.

Llena de carne, firme,
blande sus garras de pétalo frágil.

No exige. Conoce el equilibrio
profundo de las cosas, el núcleo
hirviente de todo.

Mírala: se desliza
exuberante y poderosa
entre las enredaderas de la piel.

Pantera.
Animal a la luz, mujer de agua 


*

Mírala: pantera. Ella ruge.
Su oscuridad es profunda
y tiene ojos.

Su cuerpo de aceite arde,
ofrece la sangre que va a derramar
por todas sus sombras.

Pantera.
Animal a la luz, mujer en llamas. 

*

Yo había conocido mi casa:

Sus cráteres como alfileres,
su esqueleto blanco
de orilla de playa de coral.

La había conocido, palmo a palmo.
como una piel que se estira, se encoje, se estría,
piel madre, parturienta,

caracol marino abandonado.

Hoy la casa lejana y húmeda
donde dejé a mis hijos –cálidos todos,
apenas larvas de mujer-
tiene el caparazón molido y se parece

a un cementerio.
Mi casa.

Guarda mis huesos.

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