Y sin embargo te recuerdo.
Te recuerdo como si no existieses.
Pienso en ti como se piensa
en un ser imaginario,
por ejemplo, qué sé yo,
un unicornio, un centauro, Dios.
Te recuerdo como a un espectro,
como a un personaje de ficción,
como a las personas
que aparecen en sueños.
Y sin embargo te recuerdo.
Te recuerdo más allá
de los caminos y los días.
Con la impresión de no volver a verte
nunca.
Casi sin querer, pienso en ti con desidia,
con resignación, con apatía,
con una mezcla
de alegría y de tristeza,
con nostalgia, con hastío, con anhelo,
emoción, incertidumbre.
Pienso en ti con la cabeza, con las manos,
con las piernas,
con la garganta, con los labios, con los ojos
abiertos o cerrados.
Y me canso de olvidarte.
Me harto de olvidarte.
Me aburro de olvidarte.
Y sin embargo...
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