Volveré a los sitios donde nunca he estado, se caerán los libros de la estantería, ya no habrá julietas entrando al mercado ni la última copa para el pianista. Con la conciencia tranquila, con la rabia precisa miro a todos lados, con la conciencia tranquila aunque la policía nos esté buscando.
Cruzaré despacio toda la avenida, tiraré las piedras contra mi tejado, abrirán las chicas la peluquería, cerrará la noche a los desheredados. Con la mirada perdida entre las dos esquinas de tu pelo largo, la madrugada dormida en la comisaría de tus ojos claros.
A las tres de la mañana fuera de control y después en el disparadero, a las tres de la mañana en tu contestador nunca paso por un caballero.
Volveré a los sitios donde nunca he estado como vuelvo siempre al punto de partida. Vendo corazones de segunda mano y unas zapatillas para huir deprisa. Con la conciencia tranquila, con la rabia precisa miro a todos lados, con la conciencia tranquila aunque la policía nos esté esperando.
A las tres de la mañana fuera de control y después en el disparadero, a las tres de la mañana en tu contestador nunca paso por un caballero.
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