malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

domingo, 24 de enero de 2021

NIÁGARA

 

Lo nuestro no tiene nombre.

Si lo describo digo manantial, bestia, lejos.

Si te pienso digo fuego, amor, dentro.

Cuando te muerdo soy un animal.


Antes, sin darme permiso, habitaba lo superfluo.

En mitad de tu madrugada nace el momento al que quiero amarrarme,

cuando te lanzas por el balcón de la piel

tantas y tantas veces,

detenerme en esa rotura perseguida ansiada y lograda,

tu cima, tu calma, tu arrullo,

investigar tu sed y el rumbo de tus ojos,

cuando eres un rehén en mis manos

cuando eres un canto en mi boca

o un caballo en mi corazón

y llenar la senda

de caricias hermosas y proclamas sucias

y viceversa

ambos locos y con la locura bien saciada

que este amor se nos cava hasta el hueso

siempre cayendo

el uno en el otro

celebrando el caos y el triunfo

o el triunfo del caos

pero celebrarnos

que te traigo mi ejército de caderas en movimiento

y tú, ráfagas de manoseo cardíaco

-y sí, en la habitación de al lado

alguien diseña la herida futura

de tanto querer sin poder

nuestros cuerpos y su juerga pendiente

y su porción de fiebre

y el calambre de nuestro encuentro-

pero aquí y ahora, el transitar de tu carne/territorio

se labra lentamente

la obsesión revolucionaria de tocarte entero

de frecuentar tu envés

de conocer tu hambre

tu exacta hambre

y saciarte

cometer tus pecados

todos

ya que eres el suburbio del poema

al que no quiero resistirme

amasarnos en cualquier calle

cuando la ropa es un juego y tu boca el jugo de la maldad más turbia

cuando un ascensor es un horno

la cama un velero

las ganas un bosque

y deshacernos un rito.

Nuestro abrazo abarca un imperio, un infinito.