dentro tengo recovecos
rincones ocultos
esquinas desiertas
muros
dentro tengo portales vacíos
plazoletas de pueblo triste
callejones sin salida
vertederos
de pronto abro mis puertas
y lo hallo todo revuelto:
el corazón piensa,
la cabeza siente
dentro tengo patios vacíos
quintos pisos sin ascensor
pequeñas despensas
tendederos
dentro tengo terrazas sin vistas
jardines secos
escaleras tortuosas
trasteros
y tú allí,
lejos,
como un país extranjero,
con tu idioma y tus costumbres...
ya casi nunca te entiendo
te dejo aquí una marca, sobre este muro. apenas el susurro débil de un adiós deletreado con insomnio entre tus versos. hace frío en estas noches de otoño cansado y hasta el silencio parece más callado que de costumbre.
ResponderEliminarque se confunda el sol en tus pupilas cuando despiertes; que no te falte luz, ni sal, ni un sendero de arena para recorrer descalza en los atardeceres de poniente, eso te deseo.
hasta pronto, Miss D.
J.
este poema me roba mucho más el aliento que subir un quinto piso sin ascensor y fumando.
ResponderEliminarabrazos.