martes, despertador, café, atasco
cambiando de calle cada día para ver otras caras, otros escaparates,
otros dramas
(y mientras te pienso)
mientras lleno el depósito de sin plomo del 95
mientras saludo a la chica de la librería
mientras le pido el café con leche a la camarera rubia
mientras aprieto imprimir comprobante
(ojalá pudiera imprimir el comprobante de estar viva)
mientras cruzo las veinte palabras de rigor con esa amiga de instituto que ya no soporto
mientras me acompaña el cliente jubilado y aburrido contando sus batallitas durante cien metros lisos y en línea recta
mientras me toco el pelo en el semáforo, eternamente rojo, con un sol de treinta grados
(y sé que)
estoy llena de cortafuegos
así te evito
un invierno de verano que me regalas como condena
volcada y derramada
en ti
por ti
desde cuándo
madrugando mucho para no llegar a nada
qué pena, qué rabia
me basta así, no sé si me explico, con el paisaje que me regalas
mientras llenas las copas que no nos bebemos juntos
y caen como frutos maduros nuestros sueños
y será tarde aunque no lo creas
y un dolor galopante lo inundará todo
y es que yo ya lo siento
Lo he leido esta mañana y me ha dejado desconcertado, no he podido dejarte ningun comentario pues no sabia que decirte.
ResponderEliminarEsta tarde lo he vuelto a releer y la verdad es un texto de una honestidad hiriente y dolorosa.
abre la ventana y deja que entre aire calido y renovado.
un abrazo.
gracias por tus palabras Klee...
ResponderEliminarlas ventanas están abiertas de par en par
:)
miércoles...
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