" Algo que a mí me frustra rotundamente cuando estoy intentando leer a Kafka ante estudiantes universitarios es que me resulta casi imposible hacerles ver que Kafka es gracioso. O apreciar la forma en que el humor está entrelazado con la poderosa fuerza de sus relatos. Porque, por supuesto, sus relatos y los grandes chistes tiene mucho en común. Los dos dependen de lo que los teóricos de la comunicación llaman a veces ´exformación´, que es cierta cantidad de información vital eliminada de una comunicación, pero evocada por la misma de tal manera que causa una explosión de conexiones asociativas con el receptor (...) No es casual que Kafka hablara de la literatura como de ´un hacha con la que cortamos los mares congelados que tenemos dentro. "
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