Lucifer se durmió durante el viaje hacia el sur,
(pero solo un poco)
porque por la mañana tenía que decidir
si, habiendo cruzado el río,
y dicho adiós a la luna,
cuando ningún perro ladraba ya
ni se veía humo saliendo de ninguna tienda
ni se escuchaba voz alguna,
debía tomar la izquierda
o la derecha del camino.
Era mejor no parar
ni pensar en el calor
sino atacar sin pensarlo hacia izquierda o derecha.
O eso, o abordamos el camino del medio
Un páramo de granito verde
donde uno vivió entretanto
y aprendió mucho más
que tras el agotamiento de una decisión apresurada,
o la ruina absoluta de la decisión correcta.
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