El cuerpo. ¿Pero qué es el cuerpo?
Mi cuerpo hecho de carne y hueso.
Ese hueso que no veo, maxilares, costillas,
flexible armazón que me sustenta en el espacio
que no me deja desplomar como una bolsa
vacía
que guarda todas mis vísceras
funcionando
como retortas y tubos
haciendo la sangre que hace la carne y el pensamiento
y las palabras
y las mentiras
y los cariños más dulces más descarados
más sentidos
para estallar como una galaxia
de leche
al centro de tus muslos al fondo
de tu noche ávida
olores de ombligo y de vagina
graves olores indescifrables
como símbolos
del cuerpo
de tu cuerpo de mi cuerpo
cuerpo
que puede un sable rasgar
un añico de vidrio
una navaja
mi cuerpo lleno de sangre
que lo irriga como a un continente
o a un jardín
circulando por mis brazos
por mis dedos
mientras discuto camino
recuerdo rememoro
mi sangre hecha de gases que aspiro
de los cielos de la ciudad extranjera
con la ayuda de los plátanos
y que puede – por un descuido – escurrirse por mi pulso
abierto
Mi cuerpo
que acostado en la cama veo
como un objeto en el espacio
que mide 1,70 m.
y que soy yo: esa cosa
acostada
vientre piernas y pies
con cinco dedos cada uno (¿por qué
no seis?)
rodillas y tobillos
para moverse
sentarse
levantarse
mi cuerpo de 1,70 m. que es mi tamaño en el mundo
mi cuerpo hecho de agua
y ceniza
que me hace mirar Andrómeda, Sirius, Mercurio
y sentirme mezclado
a toda esa masa de hidrógeno y helio
que se desintegra y reintegra
sin que sepa para qué
Cuerpo mi cuerpo cuerpo
que tiene una nariz así una boca
dos ojos
y una cierta manera de sonreír
que mi madre identifica como de su hijo
que mi hijo identifica
como de su padre
cuerpo que si cesa de funcionar provoca
un grave acontecimiento en la familia:
sin él no hay José Ribamar Ferreira
no hay Ferreira Gullar
y muchas pequeñas cosas ocurridas en el planeta
estarán olvidadas para siempre.
Desde mi ignorancia supina te digo, que me has descubierto un mundo. Me abrumo ante ese sentir y ese plasmar. Hace tiempo escribí algo que desde el abismal fondo de los ingenuos parece rechinar ese devenir. Por suerte o por desgracia las subjetividades son sólo eso, subjetividades. Llegué a pensar que me había plagiado;).
ResponderEliminarGran poema, gran poeta, gran blog.
Saludos
para mí también es todo un descubrimiento
Eliminarbesos