El otoño ha llegado a mi corazón
con un siglo de retraso.
Tengo miedo de vivir, pero no estoy temblando.
El amor es un precioso lince disecado
Y me encuentro lejos de todo.
Mis hojas están muriendo y mis calles llorando.
Repito mis canciones de manera mecánica
como una caja de música barata
próxima a estropearse.
No soy oro ni basura ni espíritu ni humano.
Las chicas caminan sobre mí
con sus pantalones apretados.
Hay una floristería en llamas
y sus cristales estallan en sangre vegetal.
Estoy solo, nadie quiere visitarme.
Quisiera ser verano, primavera o mejor invierno
y así morir frío y tranquilo,
pero me he convertido en otoño
con los años, las enfermedades, los amores,
las juergas y la tristeza de no ser un niño siempre.
Otoño en Septiembre, sólo unos días.
ResponderEliminarLa cancíon del Viento.