La historia de amor
La vimos venir desde siempre, luego ya estaba aquí, en línea con el paseo de aquel día. Para entonces, éramos nosotros los que habíamos desaparecido, en el túnel de un libro.
Despertando en la madrugada, nos unimos al flujo de las noticias de mañana. ¿Por qué no? A diferencia de algunos otros, no tenemos nada que pedir o que tomar prestado. No somos sino piezas de sólida geometría:
cilindros o romboides. Cierta satisfacción nos ha sido otorgada. Sí, claro, siempre volvemos a por más… Es parte del aspecto «humano» del desfile. Y existen regiones más oscuras perfiladas, que habría que explorar alguna vez. Por ahora nos basta con que el día se haya acabado. Trajo su carga de frescura, la dejó caer y se marchó. En cuanto a nosotros, seguimos aquí, ¿no es cierto?
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