“El silencio en la habitación era tan profundo como la noche…. Como en un relámpago fugaz tuvo la visión de la lucha y del valor de los seres humanos. De pronto, sintió que algo se aceleraba dentro de él. El corazón le dio un vuelco y tuvo que apoyarse en el mostrador para no caer… Contempló su propio rostro reflejado en el espejo de atrás… El ojo izquierdo escudriñaba, semicerrado, el pasado; mientras que el derecho se desorbitaba de temor frente a la oscuridad del futuro, el error y la ruina. Y él estaba suspendido entre la luz y las tinieblas. Entre la amarga ironía y la fe”…
ultimamente estás publicando entradas de escritoras que sufrieron mucho. Un Beso y, si es preciso, un ánimo
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