después de una mañana de anestesia y morfina me recuerdo con trece, cayéndome, luxación de hombro. y después el miedo, a correr, a volver a caer. eso es el amor y muchas otras cosas. miedo y el miedo sólo sabe ser atroz. y mientras miro por la ventana y veo las montañas recortando la luz gris y las nubes cargadas, pienso en la isla dentro de la isla. pienso en nuestros silencios y manosear este sentimiento hasta deformarlo ya es un hobby. y perdí la rabia de los que corren sin que les importe nada. y ahora sólo niebla a borbotones y canciones que no escucho. y no me hallo en el ángulo que forman nuestros cuerpos porque no te tengo. busco otra música en el silencio. en el silencio que pesa porque viene cargado de todo lo que aún no te he dicho. en el silencio de querer ser el borde de esa copa que besas, que bebes. en el silencio de ser la toalla que te seca o el agua que te cala. en el silencio de estar tras esa puerta que abres ahora. y no estar hecha de desesperación y espinas. ser equilibrio y ser una piel.
con la rabia de los que corren
a ello me agarro como a un silencio
me has obligado a quitarme el pijama, a salir a la calle, horrenda, con este frío, y a romper un escaparate,´para volver aquí, a leer este texto, como debe ser, con un sombrero puesto
ResponderEliminara ello me agarro también yo, al silencio en el que releo tanto desgarro. un beso
ResponderEliminarmagnifico.
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