he soñado otra vida diferente.
mi único propósito: viajarte.
de tu boca a tu pecho,
de tu pecho a tu vientre
y de tu vientre al mundo.
a recorrer sus calles con sombría
tez y pequeñas nubes sobre el hombro.
a pudrirme en un centro comercial
y desde allí, sin duda, al bar de siempre.
un buque monocasco
roído, desgastado e inseguro.
por cien puertos infectos me arrastro cada día.
me queda sin embargo lo soñado
y lejos una cala resguardada;
un puerto natural de aguas turquesas
me espera, sé que espera.
y después de ese puerto los dos cabos,
y mucho más allá,
al sur,
la cueva.
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