no me vengas llorada que me gusta el mal tiempo
traigo un abismo
acoplado en el
fondo del estómago
en el fondo de mi
mar enfermo
como un pellizco
de hambre insaciable
con el que morir
es un hecho
se me ajusta el
recuerdo del hombre
se me ajusta la
herida a la vida
y todo me sangra
en escozor
bendito
nacemos hasta
encontrarnos
qué silencio más
escandaloso
el de los cuerpos
al romperse con las manos
y si la vida nos
encuentra cedidos
propón barro
propón lengua
propón tristeza
que de mis muslos
sabes hacer rescate
y de tus roces
yo haré refugio.
El estruendo silencioso de un cuerpo. Bien.
ResponderEliminarQué sugerente, qué cautivador...
ResponderEliminar"qué silencio más escandaloso
el de los cuerpos al romperse con las manos"
Maravilloso.
Aries, Dragón, aquí, en un faro con las luces apagadas, bebo tu poema y escucho tantas cosas.
ResponderEliminarBellísimo final, sobre todo.
ResponderEliminarRoces de cuerpos rotos.
ResponderEliminarMuy estimulante.
pienso en arropar todos tus lágrimas. y en abrazos a la deriva.
ResponderEliminarbesos.
Sobre todo los abrazos a la deriva
Eliminarya te lo dijeron todo, con palabras que abrigan. yo me limito a pasar, a quedarme un rato. besos
ResponderEliminarcuando dos cuerpos se gozan suenas tristes y hermosos al mismo tiempo...
ResponderEliminarme encantó
Qué bonito el final, que intensidad...Permiteme ser vulgar: ¡Eres una caña!Besos.
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