En ocasiones sucede así, se van antes de que te entregues. Antes del sudor y la rotura.
Abandonan la promesa. No aguantan. Demasiado largo. Demasiados círculos y ese horrible redundar sobre la misma imagen sin llegar a aterrizar, o sin llegar a estrellarse.
Cuando justo entonces llega el vuelo que debíamos apresar con nuestra mirada para siempre.
tenía que colgar una foto
ResponderEliminarpor el increíble concierto
de la otra noche....