Pasa que si no escribo poemas no acepto vivir, vivirme. Pasa que la condición de... mi cuerpo vivo y moviente es la poesía. Pasa que si no escribo no me dejo, no me dejaré nunca vivir para otra cosa. Una noche del año 54 lo juré. No se trata de fidelidad sino de saber quién soy y para qué estoy aquí. No se trata de obligarme sino de arder en el lenguaje. Todo signo de huida me duele porque me niega, me desaparece. Esto es orgullo y locura. Lo es y también a causa de lo que hago con mi cuerpo: castigarlo hasta que diga palabras, es decir poemas. Yo moriré del método poético que me creé para mi uso y abuso. Nada menos poético pero nada más cercano -dadas mis limitaciones naturales- al verdadero lugar de la poesía.
eso es emprender un camino sin retorno. Pero, a fin de cuentas, todos los caminos son así. Lo que no me queda muy claro es el verdadero lugar adonde llevan.
ResponderEliminarLa foto es muy intrigante. Me cuesta mucho mirarla