las horas que inundo con las espigas del sueño
en esta liturgia nocturna
de pozos y montañas
y llanuras abisales
como un fondo de mar lleno de claroscuros dignos de Caravaggio
y un silencio de acordes pintados y palabras leídas en labios
caricias telúricas que se ofrecen sin esperar nada a cambio
sabiendo que despertaremos
que volveremos a ser verticales
y abandonaremos la soledad de los sueños
y los sueños nos abandonarán a nosotros
irremediablemente
Triste pero bello.
ResponderEliminarEs como el dolor de la despedida. Un beso en los labios como amuleto...
ResponderEliminarYa sabes no pierdas el control, lo dice Ian Curtis.
bsos
Pongo la otra mejilla, renuevo las dos después de lamer las llagas y bajo todo el yeso del mundo para nuestra lápida de otoños...
ResponderEliminarBuenas noches Miss...