temblar sí, temblar igual que tiembla la cerveza de la botella en tu mano mientras te hablo al oído. temblar como la llama de la vela que no encendimos nunca. temblar como las gotas de lluvia por la ventana, en carreras invisibles que no sabemos dónde acaban. temblar como la cortina en la noche a la que hace bailar tu ventana. temblar como si pasara el tren a dos centímetros de mí y deshacer la cama como nunca y mi deseo nervioso como esa mala letra de examen que uno no reconoce como suya. temblar como las manos de mi padre por la herencia del alcohol. temblar como la barbilla de una niña a punto de estallar en llanto. temblar, sí, juntos, acompasados. uniendo latidos. temblando.
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