de las certezas que robé
no queda ni su olor en mis manos
como la lluvia que fue,
su brillo, su humedad,
de ellas sólo en la memoria
su rastro
demasiado dolor cerca para que crezca nada
perdidos en lo tóxico
como un paisaje postnuclear,
naturalezas muertas
como en un cuadro de Hopper
respiraciones detenidas,
ausencia de viento,
calor en la carne
o bocas mojadas
y qué desgarro el de tu amor atravesando mi madrugada
como el taxidermista de los momentos preciosos y precisos
deténme en el beso
deténme en el aullido
-que compartimos-
deténme en el instante que fuimos
engranaje
conquista
alquimia
orgasmo
pero no
cuando el pánico de no tenerte
cuando demasiadas raíces en el alma
cuando vistes con las ropas del cadáver del tiempo
y algo está pasando con tu vida
entonces sí,
qué hermoso saberse frágiles y perecederos
qué hermosa nuestra caída
http://www.youtube.com/watch?v=gydCuiaZxto&feature=BFa&list=PL502B8E7033D3048B
ResponderEliminarAmiga llevo un tatoo en el mismo lugar y hablé, en un relato, de un taxidermista… ¡Caray, cuántas coincidencias!
ResponderEliminarUn poema con sentimientos en cada uno de sus versos… Una historia de amor truncada, vivida, que deseas retener y que el tiempo marchita.
Una abrazo, Ann@
PD. El relato que publicaré este finde, te gustará
me sigo preguntando de dónde sacarás toda esta imaginería tan contundente...
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