siente cómo respira
el otoño en tu nuca
con su bulimia de
árboles cansados
tapizando calles
tostando la luz de
los días
vamos, ve a tocar
fondo, mi vida
para ver la
podredumbre
que habita los suburbios
parisinos de tu alma.
ve con urgencia y
dibuja remolinos en mi pelo
para distraerte del
dolor del descenso
y la oscuridad de la tronera.
y la oscuridad de la tronera.
rotos los arneses,
los planes y el futuro.
recréate con el
murmullo del rosario eterno
que ofrecen la distancia
y la impaciencia.
vamos a dárselo todo
al viento, vamos a desperdiciarnos.
besos, jadeos, caricias, sudor, ansiedades y miradas de odio.
tapiemos kilómetros
de vacío de vicio con bocetos de vidas no vividas.
con suspiros
atrapados en ráfagas de viento.
cánsate de todo.
pierde tus batallas.
y cuando no te quede
nada, regresa.
desnudo, como un
otoño cualquiera, al verde aceituna de mi mirada.
regresa y regálame
tu vértigo de ola,
tu ejército de
promesas.
en el reflejo de las
aguas sucias de la memoria,
fuimos felices.
con el horror y los
nervios del que sólo va a perder,
fuimos felices.
cánsate de todo y
regresa.
Desde los charcos de mi alcantarilla realquilada, entre desperdicios de políticos sin cabeza, apenas veo los rayos del Sol. Suerte de mi Iphone 5 y de la preciosidad de esta entrada.
ResponderEliminarBesos
suma y sigue, miss D, bárbaro.
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