Me he perdido, señora.
¿Me puede acompañar, agarrando mi mano,
hasta un lugar donde alguien me conozca?
Recuerdo a una mujer haciendo sopa,
un ascensor que no llegaba al cielo,
unos hermanos queriendo y peleando,
un edificio que tenía entresuelo,
una vieja con manos de cartón
que hablaba de aquel buzo
-creo que era mi abuelo-.
Penélope tejiendo tapetes de ganchillo
sin Ulises viniendo de regreso.
Me he perdido y no tengo
un mapa de mi infancia,
comí aquel pan y no dejé miguitas
-no nadaba, señora, en la abundancia-.
Mónteme, por favor, en aquel tiovivo,
quiero dar vueltas en el coche de bomberos
y déjeme después, se lo suplico,
en el tercero primera de una casa
ardiendo.
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