doblo esquinas y doblo cartas de
amor que nunca te envío como un caballo cansado que nadie quiere. como una cría
que aún no ha abierto los ojos, tropezando eternamente. tú tejes y nos amamos. me atrevo con tus trizas igual que me asomo a los abismos que dibujan tus
labios, ya cansados. no sabía que era tan valiente. destriparé el amor si me adiestras y me
enseñas a lamerte. seré la perra fiel que busca tu mano. si me deslumbras no
veré el árbol en la cuneta pero aún a riesgo de estrellarme, te amo. ya no sé
dormir sin el segundero de tu corazón. antes todo era sencillo, siguiendo las
coordenadas de lo cerebral. ahora vibro con el tacto de tu voz. tiemblo con el
timbre de tus manos. tú, cazador
insomne. yo, sonámbula atrapa sueños. mira que era fácil jugar al caballito
inglés y quedarse quietos. mira que era fácil seguir las señales verticales. lo
decían bien claro: calle sin salida. desprendimiento. pero cuando ya no hay
nada que hacer, y doy por hecho que eres mi fuego fatuo -porque me descomponía, amor, todo era putrefacción, amor, putrefacción- ahora, que doy por hecho que eres mi emoción,
mi cataclismo, el alud de mis deseos, irrenunciable y violento, me dejo hacer y
me rindo -irrenunciable y violenta- y me condeno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario