malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank
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domingo, 17 de marzo de 2013
el monograma - Odysseas Elytis
Es temprano todavía en este mundo, me oyes
No han sido domesticados los monstruos, me oyes
Mi sangre perdida y el aguzado, me oyes
Puñal
Que corre como carnero por los cielos
Y quiebra las ramas de las estrellas, me oyes
Soy yo, me oyes
Te amo, me oyes
Te tengo y te llevo y te visto
Con el blanco traje nupcial de Ofelia, me oyes
Dónde me dejas, adónde vas y quién, me oyes
Te toma de la mano por encima de los diluvios
Enormes lianas y lava de volcanes
Llegará el día, me oyes
En que nos entierren y miles de años después, me oyes
Nos convertirán en rocas brillantes, me oyes
Para que sobre ellas luzca la crueldad, me oyes
Humana
Y en cinco mil añicos nos arrojará, me oyes
A las aguas uno-a-uno, me oyes
Mis amargos guijarros cuento, me oyes
Y es el tiempo una gran iglesia, me oyes
Donde a veces en las imágenes, me oyes
De los santos
Surgen lágrimas verdaderas, me oyes
Y las campanas abren en lo alto, me oyes
Un hondo pasaje que permita mi paso
Aguardan los ángeles con cirios y fúnebres salmos
No voy a ninguna parte, me oyes
O ninguno o los dos juntos, me oyes
Esta flor de la tormenta y, me oyes
Del amor
De una vez para siempre la cortamos, me oyes
Y no habrá de florecer de otra manera, me oyes
En otra tierra, en otra estrella, me oyes
No existe el suelo, no existe el mismo aire, me oyes
Que tocábamos, me oyes
Y ningún jardinero tuvo la dicha en otros tiempos
Después de tanto invierno y tantos vientos fríos, me oyes
Que nazca una flor, sólo nosotros, me oyes
Levantamos toda una isla, me oyes
Con grutas y cabos y acantilados florecidos
Oye, oye
Quién habla a las aguas y quién llora -- ¿oyes?
Quién busca al otro, quién grita -- ¿oyes?
Soy yo que grito, soy yo que lloro, me oyes
Te amo, te amo, me oyes.
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Alessandra Tecla Gerevini,
Odysseas Elytis
viernes, 15 de marzo de 2013
nueva construcción del presente - Gioconda Belli
Me veo en el espejo,
desleída figura,
incierta mujer desaliñada.
Estoy en el filo de la construcción de mí misma,
ansiosa de cimientos, estructura, sólidas paredes
para proteger el bagaje de sueños que ando a cuestas,
requiero de certezas y veredas tranquilas,
pasos firmes hacia mi propia patria conocida.
Este barro necesita darse forma, ser ladrillo,
construir un centro de donde fluir hermoso y sombrío.
He acumulado tiempos como infantiles cubos de colores
y ya los días piden estructurar el ritmo,
la cadencia de mis audaces despertares,
el sonido, la huella de mis pasos.
Se fue ya el tiempo de meditar a solas,
hay coros donde incluir mi voz,
cantos brotados de gargantas gruesas,
brazos invitadores descifrando la tierra,
andanadas de cuerpos levantado la mota que se cae;
todos los días nacen nuevos retos exigiendo respuestas,
ruidos de edificios,
de trochas que abren brecha en tierras de pájaros.
Hay lugares que se crecen, de repente, en palmeras,
gigantes que despiertan,
vetustas mansiones cayendo en el olvido de las telarañas.
No puede haber en este presente
que tanta sangre hiciera
desleídas imágenes.
Hay que trazarse firme los contornos del rostro,
reforzar los brazos,
apretar los músculos,
lanzarse a conquistar esta tierra madura,
hacer parir el alba,
sacar de este fondo las promesas.
Contra incrédulos e instigadores,
contar malos augurios
demostrar que dejamos de ser
arena movediza.
desleída figura,
incierta mujer desaliñada.
Estoy en el filo de la construcción de mí misma,
ansiosa de cimientos, estructura, sólidas paredes
para proteger el bagaje de sueños que ando a cuestas,
requiero de certezas y veredas tranquilas,
pasos firmes hacia mi propia patria conocida.
Este barro necesita darse forma, ser ladrillo,
construir un centro de donde fluir hermoso y sombrío.
He acumulado tiempos como infantiles cubos de colores
y ya los días piden estructurar el ritmo,
la cadencia de mis audaces despertares,
el sonido, la huella de mis pasos.
Se fue ya el tiempo de meditar a solas,
hay coros donde incluir mi voz,
cantos brotados de gargantas gruesas,
brazos invitadores descifrando la tierra,
andanadas de cuerpos levantado la mota que se cae;
todos los días nacen nuevos retos exigiendo respuestas,
ruidos de edificios,
de trochas que abren brecha en tierras de pájaros.
Hay lugares que se crecen, de repente, en palmeras,
gigantes que despiertan,
vetustas mansiones cayendo en el olvido de las telarañas.
No puede haber en este presente
que tanta sangre hiciera
desleídas imágenes.
Hay que trazarse firme los contornos del rostro,
reforzar los brazos,
apretar los músculos,
lanzarse a conquistar esta tierra madura,
hacer parir el alba,
sacar de este fondo las promesas.
Contra incrédulos e instigadores,
contar malos augurios
demostrar que dejamos de ser
arena movediza.
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