malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

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miércoles, 13 de junio de 2012

the tigers have found me and I do not care

"Hay que caer enfermo para saber de qué se está enfermo
 o ladrar para averiguar por qué los perros aúllan a determinadas horas.
 
 Para eso volvemos,
 enfermos y ladrando."
 
A. Jiménez Paz
 
 
 
 
"Quiero que las tijeras estén afiladas
 y la mesa perfectamente nivelada
cuando me recortes de mi vida
y me pegues en ese libro que siempre llevas contigo."
 
 
Billy Collins
 

sábado, 25 de junio de 2011

TE PREGUNTO - Billy Collins

¿En qué otra escena preferiría estar atrapado
sino en ésta,
una noche normal en la mesa de la cocina,
tranquilo en una caja de papel pintado de flores,
armaritos blancos llenos de vasos,
el teléfono en silencio,
con un bolígrafo apoyado en la mano?

Me concede tiempo para pensar
en las hojas que se apilan en las esquinas,
el liquen que verdea las lejanas rocas grises
y el mundo en su navegar más allá de las dunas-
inmenso, trasatlántico, la historia borboteando a su paso.

Fuera de esta habitación
no hay nada que necesite,
ni un trabajo al que pudiera llegar remando,
ni un Aston Martín DB4 de color café
con asientos verdes de piel cuarteada.

No, se está bien aquí,
los limpios óvalos de un vaso de agua,
un pequeño cajón de naranjas, un libro sobre Stalin,
un extraño pez gruñón en un marco de la pared,
y estas tres velas,
cada una de diferente altura, cantando en perfecta armonía.

Por ello, perdóname
si bajo la cabeza y escucho
a la pequeña vela con voz de bajo cuando ejecuta un solo
mientras mi corazón
puntea bajo la camisa-
como rana en el borde de un estanque-
y mis pensamientos se alejan volando hacia una región
compuesta por un enorme cielo
y cerca de un millón de ramas vacías.

lunes, 6 de junio de 2011

TÚ, LECTOR - Billy Collins

Me pregunto cómo te vas a sentir
cuando averigües
que escribí yo esto y no tú,

que fui yo el que se levantó pronto
para sentarse en la cocina
y mencionar con un bolígrafo

las ventanas empapadas de lluvia,
el papel pintado con dibujo de hiedra,
y el pez de colores dando vueltas en la pecera.

Venga, date la vuelta,
muérdete el labio y arranca la hoja,
pero, escucha -era tan sólo una cuestión de tiempo

antes de que uno de nosotros casualmente
percibiera las velas sin encender
y el reloj murmurando en la pared.

Encima, nada ocurrió esa mañana-
una canción en la radio,
el silbido de un coche que pasaba por la carretera-

y yo sólo pensando
en el salero y el pimentero
que estaban colocados juntos en un mantel individual.

Me preguntaba si se habían hecho amigos
después de todos estos años
o si aún eran desconocidos el uno para el otro

como tú y yo
que nos las arreglamos para ser conocidos y desconocidos
al mismo tiempo-

yo en esta mesa con peras en un frutero,
tú apoyándote por ahí en el quicio de una puerta
cerca de unas hortensias azules, leyendo esto.

lunes, 9 de mayo de 2011

Insomnio - Billy Collins

Después de contar todas las ovejas del mundo,
enumero ñus, caracoles,
camellos, alondras, etc.

Luego añado todos los zoos y acuarios,
país por país.

Con las primeras luces, me duermo
y tengo una pesadilla: me ahogo en el Diluvio,
y le grito, sobreponiéndome al encrespamiento del agua,
a un consternado Noé, pero su arca
prodigiosa sigue empequeñeciéndose en la distancia.

Ya es sólo una silueta en el horizonte:
la única embarcación que queda en la Tierra está a punto de desaparecer.

Zarandeado por las olas,
me concentro en la pareja de jirafas,
cuyos cuellos sobrepasan el techo,
para impedir que mi vida desfile ante mis ojos.

Cuando los animales desaparecen de la vista,
hago el muerto, con los ojos cerrados,
y veo a todos los peces de la creación,
multicolores, especie tras especie,
saltar una valla, en un campo de agua.

domingo, 8 de mayo de 2011

Navegando a solas por la habitación

introducción a la poesía:

Les pido que cojan un poema
y lo sostengan al trasluz,
como una diapositiva de colores,

o que peguen la oreja a su colmena.

Les digo que suelten un ratón en el poema
y que lo vean buscar la salida,

o que entren en la habitación del poema
y palpen las paredes en busca del interruptor.

Quiero que hagan esquí acuático
en la superficie del poema
y saluden al nombre del poeta que está en la orilla.

Pero lo que quieren hacer
es amarrar al poema a una silla
y torturarlo hasta que confiese.

Empiezan dándole con una manguera,
para averiguar lo que quiere decir en realidad.

lunes, 2 de mayo de 2011

Consuelo - Billy Collins

Qué agradable no viajar a Italia este verano,
recorrer sus ciudades y ascender la pendiente de sus tórridos pueblos.
Cuánto mejor deambular por estas calles familiares,
absorbiendo el significado de cada cartel y señal de tráfico
y los bruscos gestos que hacen con la mano mis compatriotas.

No hay conventos aquí, ni frescos desmoronados o famosas
cúpulas y no es necesario memorizar una sucesión
de reyes o pasear los húmedos rincones de los calabozos.
No es necesario dar vueltas en torno a un sarcófago, contemplar
la cama diminuta de Napoleón en Elba, o los huesos de un santo en redoma.

Cuánto mejor dominar el simple recinto hogareño
que empequeñecerse ante columna, arco o basílica.
¿Por qué hundir la cabeza en locuciones extranjeras y arrugados mapas?
¿Por qué meter paisajes en una hambrienta cámara de un solo ojo
ansioso de tragarse el mundo, monumento tras monumento?

En vez de recostarse en un café ignorando cómo se dice helado,
bajaré a donde el coffee shop y la camarera
conocida como Dot. Me deslizaré en la corriente del periódico
matutino, las barreras del lenguaje destruidas,
los ríos del idioma fluyendo libremente, los huevos despachados sin problema.

Y tras el desayuno, no tendré que buscar a alguien
deseoso de fotografiarme rodeando con mi brazo al propietario.
No repasaré la factura ni registraré en un diario
qué tuve que comer y cómo incidía el sol en la ventana.
Basta con volver a subirse al coche

como si fuera el gran automóvil del mismísimo idioma inglés
y haciendo sonar mi cláxon vernáculo, acelerar
por una carretera que nunca me llevará a Roma, ni siquiera a Bolonia.