No vendrá. De verdad. No vendrá nunca.
Mi cuarto es muy modesto para el éxito.
Ni hallaría la casa tan siquiera.
Mi cuarto es muy austero para amigos.
Nadie viene a reunirse entre estos muros.
Mi cuarto es también frío y muy pequeño.
¿Cómo cobijar, pues, un gran amor?
No es lógico esperar. No vendrá nunca
un éxito, un amigo, un gran amor.
Debiera de una vez cerrar la puerta.
malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Charles Bukowski - Bluebird
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
montarme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
Etiquetas:
Charles Bukowski
MissDesastre
y yo aquí,
en mitad de esta mala ciudad,
que ni es lo suficientemente grande
como para perderme
ni lo suficientemente pequeña
como para encontrarme
en mitad de esta mala ciudad,
que ni es lo suficientemente grande
como para perderme
ni lo suficientemente pequeña
como para encontrarme
ESCENA URBANA - por MissDesastre
camino entre la muchedumbre
aguardamos en los semáforos
nos detenemos
civilizadamente
reanudamos la marcha
civilizadamente
el resto son atropellos
me cruzo con cientos de personas
oigo montones de palabras, medias frases,
veo rostros sin cuerpo, cuerpos sin rostros,
un collage humano improvisado a cada paso
calles despiertas eternamente
personas que conforman un esquizofrénico atrezzo
sesión continua
beso apasionado en la calle hortaleza
una clara en el bar quitapenas
una pareja discute en mitad de la calle
al lado otra se besa como en las películas
un mimo asusta a los niños por unas monedas
un señor en lo alto de una silla
cuenta a gritos
la historia de su càncer
recién superado
una señora llora a la entrada de un banco
el limpiabotas tararea una melodía castiza
los ancianos venden sellos en la plaza mayor
corro bajo la lluvia en la plaza de oriente
todo el mundo hace fotos
yo también cargo con frases hechas,
inacabadas,
con sueños noqueados a golpe de despertador
con pensamientos que se extravían
dentro
muy
dentro
cosas que voy a tocar
y no toco
caminos que voy a andar
y no los recorro
llantinas en el sofá
gritos silenciosos de socorro
tengo una ciudad dentro
y a veces tengo la sensación
de que me encierro en la habitación más pequeña
y me escondo
aguardamos en los semáforos
nos detenemos
civilizadamente
reanudamos la marcha
civilizadamente
el resto son atropellos
me cruzo con cientos de personas
oigo montones de palabras, medias frases,
veo rostros sin cuerpo, cuerpos sin rostros,
un collage humano improvisado a cada paso
calles despiertas eternamente
personas que conforman un esquizofrénico atrezzo
sesión continua
beso apasionado en la calle hortaleza
una clara en el bar quitapenas
una pareja discute en mitad de la calle
al lado otra se besa como en las películas
un mimo asusta a los niños por unas monedas
un señor en lo alto de una silla
cuenta a gritos
la historia de su càncer
recién superado
una señora llora a la entrada de un banco
el limpiabotas tararea una melodía castiza
los ancianos venden sellos en la plaza mayor
corro bajo la lluvia en la plaza de oriente
todo el mundo hace fotos
yo también cargo con frases hechas,
inacabadas,
con sueños noqueados a golpe de despertador
con pensamientos que se extravían
dentro
muy
dentro
cosas que voy a tocar
y no toco
caminos que voy a andar
y no los recorro
llantinas en el sofá
gritos silenciosos de socorro
tengo una ciudad dentro
y a veces tengo la sensación
de que me encierro en la habitación más pequeña
y me escondo
La materia prima del amor no tenía por qué ser una creencia compartida,incondicional y continua;
podía ser exactamente lo contrario:
la incredulidad radical, la desconfianza, el recelo.
Alan Pauls.
podía ser exactamente lo contrario:
la incredulidad radical, la desconfianza, el recelo.
Alan Pauls.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Deep in a dream (prólogo)
Sábado, 21 de mayo de 1988
Inglewood, California
Había varios entierros en las onduladas colinas del cementerio de Inglewood Park, en un barrio residencial para negros a las afueras de Los Ángeles. Unos toldos blancos protegían del sol a los asistentes, pero no podían cortar el paso al rugido de los aviones que aterrizaban y despegaban en el cercano aeropuerto internacional de Los Ángeles. En todo el cementerio, el mal olor de los tubos de escape de los reactores tapaba el aroma de la hierba recién segada.
Dos días antes, un vuelo de pasajeros procedente de Holanda había traído el cuerpo ya descompuesto de un trompetista al que se recordaba como uno de los hombres más atractivos de los años cincuenta. Chet Baker había fallecido en Amsterdam el viernes 13, en circunstancias misteriosas pero relacionadas con las drogas. Ahora, tras haber pasado años en Europa, estaba de regreso en el sur de California, donde había conocido por primera vez la gloria, para ser enterrado junto a su padre. Baker, nacido en una granja de Oklahoma, había llenado de fantasías la cabeza de la gente desde el día en que nació. Todo en él estaba abierto a la especulación: su toque cool de trompeta, tan vulnerable pero tan distanciado; su enigmática media sonrisa; la androginia de su dulce voz al cantar; un rostro que era la vez infantil y siniestro. La melodía que surgía de su instrumento había hecho que sus fans italianos llamaran a Baker l’angelo (“el ángel”) y tromba d’oro (“trompeta de oro”). Marc Danval, un escritor belga, dijo que su música era “uno de los lamentos más hermosos del siglo XX”, y lo comparó con Baudelaire, Rilke y Edgar Allan Poe. En Europa, incluso su larga adicción a la heroína actuó a su favor, haciéndole parecer aún más frágil y adorable.
La larga noche de Chet Baker,
Por James Gavin
Inglewood, California
Había varios entierros en las onduladas colinas del cementerio de Inglewood Park, en un barrio residencial para negros a las afueras de Los Ángeles. Unos toldos blancos protegían del sol a los asistentes, pero no podían cortar el paso al rugido de los aviones que aterrizaban y despegaban en el cercano aeropuerto internacional de Los Ángeles. En todo el cementerio, el mal olor de los tubos de escape de los reactores tapaba el aroma de la hierba recién segada.
Dos días antes, un vuelo de pasajeros procedente de Holanda había traído el cuerpo ya descompuesto de un trompetista al que se recordaba como uno de los hombres más atractivos de los años cincuenta. Chet Baker había fallecido en Amsterdam el viernes 13, en circunstancias misteriosas pero relacionadas con las drogas. Ahora, tras haber pasado años en Europa, estaba de regreso en el sur de California, donde había conocido por primera vez la gloria, para ser enterrado junto a su padre. Baker, nacido en una granja de Oklahoma, había llenado de fantasías la cabeza de la gente desde el día en que nació. Todo en él estaba abierto a la especulación: su toque cool de trompeta, tan vulnerable pero tan distanciado; su enigmática media sonrisa; la androginia de su dulce voz al cantar; un rostro que era la vez infantil y siniestro. La melodía que surgía de su instrumento había hecho que sus fans italianos llamaran a Baker l’angelo (“el ángel”) y tromba d’oro (“trompeta de oro”). Marc Danval, un escritor belga, dijo que su música era “uno de los lamentos más hermosos del siglo XX”, y lo comparó con Baudelaire, Rilke y Edgar Allan Poe. En Europa, incluso su larga adicción a la heroína actuó a su favor, haciéndole parecer aún más frágil y adorable.
La larga noche de Chet Baker,
Por James Gavin
Jack Kerouac - En el camino
-Vamos a ponernos en marcha y no vamos
a parar hasta que lleguemos allí.
-¿A dónde vamos, tío?
-No lo sé, pero vamos a ir.
a parar hasta que lleguemos allí.
-¿A dónde vamos, tío?
-No lo sé, pero vamos a ir.
martes, 22 de septiembre de 2009
“Héroes” de Ray Loriga
“Me he comprado un mapa de carretera. Lo he estudiado cuidadosamente, y sé que hay al menos siete caminos distintos por los que podrías volver a casa. Si me llamas, puedo decirte cuáles son los más seguros. Ya sabes que la mitad de las carreteras están en obras, así que hay que andarse con cuidado. Cuando te fuiste, estabas sola, pero puedes contar conmigo para el viaje de vuelta. Ten cuidado con las ruedas, porque las llantas han perdido el dibujo y en esta época del año llueve mucho. No conduzcas de noche, porque la música de la radio puede dejarte dormida, y sobre todo vigila la temperatura del agua, porque tu coche se calienta demasiado.
Ahora me arrepiento de haberte aconsejado un coche usado, pero nos iban tan mal las cosas que me parecía lo menos arriesgado. Me gustaría que tuvieras un coche nuevo y que viajases siempre por carreteras bien iluminadas y que no lloviese todos los jodidos días, porque hay al menos siete caminos distintos por los que podrías volver a casa, y me gustaría que pudieses encontrar alguno?"
“Me he comprado un mapa de carretera. Lo he estudiado cuidadosamente, y sé que hay al menos siete caminos distintos por los que podrías volver a casa. Si me llamas, puedo decirte cuáles son los más seguros. Ya sabes que la mitad de las carreteras están en obras, así que hay que andarse con cuidado. Cuando te fuiste, estabas sola, pero puedes contar conmigo para el viaje de vuelta. Ten cuidado con las ruedas, porque las llantas han perdido el dibujo y en esta época del año llueve mucho. No conduzcas de noche, porque la música de la radio puede dejarte dormida, y sobre todo vigila la temperatura del agua, porque tu coche se calienta demasiado.
Ahora me arrepiento de haberte aconsejado un coche usado, pero nos iban tan mal las cosas que me parecía lo menos arriesgado. Me gustaría que tuvieras un coche nuevo y que viajases siempre por carreteras bien iluminadas y que no lloviese todos los jodidos días, porque hay al menos siete caminos distintos por los que podrías volver a casa, y me gustaría que pudieses encontrar alguno?"
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Se te olvidó besarme el alma - Tracey Emin
CHELSEA HOTEL
21 diciembre 2007 New York, New York
Chelsea Hotel, situado en el 222 oeste de la calle 23rd, entre la Séptima y la Octava Avenida. El Chelsea Hotel fue el primer edificio de la ciudad que se enumeró como lugar cultural y edificio histórico, hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos Chelsea, y en concreto la calle del Hotel Chelsea eran el centro del distrito del teatro de Nueva York. Recibe visitantes pero principalmente es conocido por residentes de larga temporada. Anécdotas del Chelsea Hotel: Sir Arthur C. Clarke escribió en él "2001: una odisea en el espacio"; Allen Ginsberg y Gregory Corso pasaron en él larguísimas temporadas; Dylan Thomas murió de un coma etilíco en él; Syd Vicious supuestamente apuñaló a su novia y la mató; además de pasar por allí Mark Twain, William S. Burroughs, Jack Kerouak, Simone de Beauvoir, Sartre... Y músicos como Edith Piaf, Patty Smith, John Cale, Joni Mitchell, Bob Dylan, Janis Joplin, Leonard Cohen, Henri Chopin, Hendrix, Rufus Wainwright.... Además entre sus paredes se han rodado varias películas (El profesional, de Luc Besson, Chelsea Girls, de Warhol...), se han escrito varios libros, y se habla de él en muchísimas canciones (de Dylan, de Cohen, deThe Stoges, de Nico, etc). En resumen imprescindible pasar por allí!
Chelsea Hotel, situado en el 222 oeste de la calle 23rd, entre la Séptima y la Octava Avenida. El Chelsea Hotel fue el primer edificio de la ciudad que se enumeró como lugar cultural y edificio histórico, hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos Chelsea, y en concreto la calle del Hotel Chelsea eran el centro del distrito del teatro de Nueva York. Recibe visitantes pero principalmente es conocido por residentes de larga temporada. Anécdotas del Chelsea Hotel: Sir Arthur C. Clarke escribió en él "2001: una odisea en el espacio"; Allen Ginsberg y Gregory Corso pasaron en él larguísimas temporadas; Dylan Thomas murió de un coma etilíco en él; Syd Vicious supuestamente apuñaló a su novia y la mató; además de pasar por allí Mark Twain, William S. Burroughs, Jack Kerouak, Simone de Beauvoir, Sartre... Y músicos como Edith Piaf, Patty Smith, John Cale, Joni Mitchell, Bob Dylan, Janis Joplin, Leonard Cohen, Henri Chopin, Hendrix, Rufus Wainwright.... Además entre sus paredes se han rodado varias películas (El profesional, de Luc Besson, Chelsea Girls, de Warhol...), se han escrito varios libros, y se habla de él en muchísimas canciones (de Dylan, de Cohen, deThe Stoges, de Nico, etc). En resumen imprescindible pasar por allí!
EL PIANO HA ESTADO BEBIENDO - TOM WAITS
Mi corbata está dormida
y la banda se ha ido a New York,
el juckebox tiene que ir a mear
y la alfombra necesita un corte de pelo,
el foco parece la fuga de una prisión
porque el teléfono no tiene cigarrillos,
y la terraza se ha ido a ligar.
El piano ha estado bebiendo
y todos los menúes están helados,
el iluminador está ciego de un ojo
y no puede ver con el otro,
el afinador para el piano lleva un audífono
y fue con su madre.
El piano ha estado bebiendo
y el matón sabe lucha japonesa
pero es un cobarde,
y el dueño un corto mental
con el coeficiente intelectual de un poste.
Porque el piano ha estado bebiendo
no puedes encontrar a tu camarera
ni con un detector de radioactividad,
y te odia a tí y a tus amigos
y sin ella no hay trago
y la taquilla está babeando
y los taburetes ardiendo,
los diarios están haciendo el tonto
y los ceniceros están jubilados.
Porque el piano ha estado bebiendo,
porque le piano ha estado bebiendo.
No yo, no yo, no yo...
y la banda se ha ido a New York,
el juckebox tiene que ir a mear
y la alfombra necesita un corte de pelo,
el foco parece la fuga de una prisión
porque el teléfono no tiene cigarrillos,
y la terraza se ha ido a ligar.
El piano ha estado bebiendo
y todos los menúes están helados,
el iluminador está ciego de un ojo
y no puede ver con el otro,
el afinador para el piano lleva un audífono
y fue con su madre.
El piano ha estado bebiendo
y el matón sabe lucha japonesa
pero es un cobarde,
y el dueño un corto mental
con el coeficiente intelectual de un poste.
Porque el piano ha estado bebiendo
no puedes encontrar a tu camarera
ni con un detector de radioactividad,
y te odia a tí y a tus amigos
y sin ella no hay trago
y la taquilla está babeando
y los taburetes ardiendo,
los diarios están haciendo el tonto
y los ceniceros están jubilados.
Porque el piano ha estado bebiendo,
porque le piano ha estado bebiendo.
No yo, no yo, no yo...
MOONDOG por Rosa Montero
Se llamaba Louis Hardin pero pasó a la historia como Moondog. Nació en un pueblo de Kansas (EEUU) en 1916. Fue un artista excéntrico, indefinible, vanguardista y original. A los 17 años le estalló un petardo en la cara y le dejó ciego: un accidente de tragedia griega, una marca de predestinado por los dioses. Diez años más tarde, en 1943, abandonó la protección de la familia y se trasladó a Nueva York solo y sin dinero. Ciego y distinto, empezó a construirse como personaje, y lo hizo con un empeño en la rareza formidable. Vivía más o menos como un vagabundo, subsistiendo de las limosnas que recibía; de hecho, se adueñó de la esquina entre la Sexta Avenida y la calle 54, que más tarde, cuando se hizo famoso, pasó a ser conocida como la Moondog corner. Tocaba su música en la calle, con instrumentos de percusión o con un órgano eléctrico. También recitaba sus poesías y conversaba: era culto y elocuente. Lucía largas melenas y barbas de profeta, y empezó a vestir con ropas indescriptibles que se fabricaba él mismo. La esquina de Moondog se encontraba muy cerca del Carnegie Hall, y los músicos de la Sinfónica de Nueva York se hicieron amigos de él y le prohijaron como una especie de mascota. De hecho, durante dos o tres años Hardin se pasaba los días con la Sinfónica, asistiendo a todos los ensayos y conciertos.
Pero llegó un momento en que los músicos quisieron regenerarlo. Le compraban ropa buena, insistían en que se convirtiera en un hombre normal. Cosa que Hardin no podía hacer. Antes al contrario, su deriva física y social iba siendo cada vez más extravagante. Y así, en 1947 empezó a denominarse oficialmente Moondog, y poco a poco adquirió su apariencia definitiva, a saber, la de un vikingo. Llevaba un casco ornado con cuernos, capas imposibles hechas de retales, los pies envueltos en un gurruño de harapos y, como remate, una enorme lanza. Empezó a ser conocido como el vikingo de la Sexta Avenida, y la gente de la Sinfónica se alejó de él. Aun así, varios de los grandes músicos de la orquesta participaron en las grabaciones de los discos de Moondog.
Y es que aquí viene lo más maravilloso de esta especie de cuento de hadas al revés: Moondog era un espléndido artista y, sin dejar de vivir en la calle y de tener todo el aspecto de un lunático, de alguna manera se las apañó para hacer cosas increíbles. Por ejemplo, editó más de treinta álbumes, varios de ellos con compañías discográficas importantes; sus composiciones se usaron como bandas sonoras de películas y en anuncios publicitarios; actuó con Phillip Glass y Steve Reich, dos de los santones de la música minimalista, quienes, por cierto, le atribuyen a Moondog la creación del concepto del minimalismo, porque el vikingo sostenía que su ambición como compositor era conseguir "el arte de esconder el arte, el máximo efecto con los medios mínimos"... En fin, incluso llegó a grabar un disco cantado por... ¡Julie Andrews! Mary Poppins y el vikingo en una mezcla explosiva.
Moondog murió en 1999 a los 83 años, pero sus discos todavía se escuchan. Parecería incluso que está empezando a ponerse nuevamente de moda (hace unos meses se publicó la primera biografía sobre él, en inglés, hecha por un tal Robert Scotto). A mí lo que más me gusta de Moondog, aparte de su música estupenda, es la increíble fuerza que poseía. Fue un ciego que hizo olvidar a todos su ceguera, un alienígena capaz de sobrevivir en la dura vida de la diferencia radical. Invidente y raro como era, debía de poseer un encanto singular, porque se casó dos veces (tuvo una hija) y mantuvo varias relaciones sentimentales importantes. He visto la foto de una de sus novias: asiática, elegante, bellísima. Es como el cuento del patito feo pero hecho realidad: un indigente, en apariencia un pobre tipo marginal, chiflado y fracasado, que en realidad es todo un personaje, un artista admirado, un músico famoso. La próxima vez que vean a un mendigo estrafalario por la calle, repriman su condescendencia y acuérdense de Moondog.
Se llamaba Louis Hardin pero pasó a la historia como Moondog. Nació en un pueblo de Kansas (EEUU) en 1916. Fue un artista excéntrico, indefinible, vanguardista y original. A los 17 años le estalló un petardo en la cara y le dejó ciego: un accidente de tragedia griega, una marca de predestinado por los dioses. Diez años más tarde, en 1943, abandonó la protección de la familia y se trasladó a Nueva York solo y sin dinero. Ciego y distinto, empezó a construirse como personaje, y lo hizo con un empeño en la rareza formidable. Vivía más o menos como un vagabundo, subsistiendo de las limosnas que recibía; de hecho, se adueñó de la esquina entre la Sexta Avenida y la calle 54, que más tarde, cuando se hizo famoso, pasó a ser conocida como la Moondog corner. Tocaba su música en la calle, con instrumentos de percusión o con un órgano eléctrico. También recitaba sus poesías y conversaba: era culto y elocuente. Lucía largas melenas y barbas de profeta, y empezó a vestir con ropas indescriptibles que se fabricaba él mismo. La esquina de Moondog se encontraba muy cerca del Carnegie Hall, y los músicos de la Sinfónica de Nueva York se hicieron amigos de él y le prohijaron como una especie de mascota. De hecho, durante dos o tres años Hardin se pasaba los días con la Sinfónica, asistiendo a todos los ensayos y conciertos.
Pero llegó un momento en que los músicos quisieron regenerarlo. Le compraban ropa buena, insistían en que se convirtiera en un hombre normal. Cosa que Hardin no podía hacer. Antes al contrario, su deriva física y social iba siendo cada vez más extravagante. Y así, en 1947 empezó a denominarse oficialmente Moondog, y poco a poco adquirió su apariencia definitiva, a saber, la de un vikingo. Llevaba un casco ornado con cuernos, capas imposibles hechas de retales, los pies envueltos en un gurruño de harapos y, como remate, una enorme lanza. Empezó a ser conocido como el vikingo de la Sexta Avenida, y la gente de la Sinfónica se alejó de él. Aun así, varios de los grandes músicos de la orquesta participaron en las grabaciones de los discos de Moondog.
Y es que aquí viene lo más maravilloso de esta especie de cuento de hadas al revés: Moondog era un espléndido artista y, sin dejar de vivir en la calle y de tener todo el aspecto de un lunático, de alguna manera se las apañó para hacer cosas increíbles. Por ejemplo, editó más de treinta álbumes, varios de ellos con compañías discográficas importantes; sus composiciones se usaron como bandas sonoras de películas y en anuncios publicitarios; actuó con Phillip Glass y Steve Reich, dos de los santones de la música minimalista, quienes, por cierto, le atribuyen a Moondog la creación del concepto del minimalismo, porque el vikingo sostenía que su ambición como compositor era conseguir "el arte de esconder el arte, el máximo efecto con los medios mínimos"... En fin, incluso llegó a grabar un disco cantado por... ¡Julie Andrews! Mary Poppins y el vikingo en una mezcla explosiva.
Moondog murió en 1999 a los 83 años, pero sus discos todavía se escuchan. Parecería incluso que está empezando a ponerse nuevamente de moda (hace unos meses se publicó la primera biografía sobre él, en inglés, hecha por un tal Robert Scotto). A mí lo que más me gusta de Moondog, aparte de su música estupenda, es la increíble fuerza que poseía. Fue un ciego que hizo olvidar a todos su ceguera, un alienígena capaz de sobrevivir en la dura vida de la diferencia radical. Invidente y raro como era, debía de poseer un encanto singular, porque se casó dos veces (tuvo una hija) y mantuvo varias relaciones sentimentales importantes. He visto la foto de una de sus novias: asiática, elegante, bellísima. Es como el cuento del patito feo pero hecho realidad: un indigente, en apariencia un pobre tipo marginal, chiflado y fracasado, que en realidad es todo un personaje, un artista admirado, un músico famoso. La próxima vez que vean a un mendigo estrafalario por la calle, repriman su condescendencia y acuérdense de Moondog.
THE PIANO HAS BEEN DRINKING (TOM WAITS 1976)
The piano has been drinking
My necktie's asleep
The combo went back to New York, and left me all alone
The jukebox has to take a leak
Have you noticed that the carpet needs a haircut?
And the spotlight looks just like a prison break
And the telephone's out of cigarettes
As usual the balcony's on the make
And the piano has been drinking, heavily
The piano has been drinking
And he's on the hard stuff tonight
The piano has been drinking
And you can't find your waitress
Even with the Geiger counter
And I guarantee you that she will hate you
From the bottom of her glass
And all of your friends remind you
That you just can't get served without her
The piano has been drinking
The piano has been drinking
And the lightman's blind in one eye
And he can't see out of the other
And the piano-tuner's got a hearing aid
And he showed up with his mother
And the piano has been drinking
Without fear of contradiction I say
The piano has been drinking
Our Father who art in ?
Hallowed by thy glass
Thy kindom come, thy will be done
On Earth as it is in the lounges
Give us this day our daily splash
Forgive us our hangovers
As we forgive all those who continue to hangover against us
And lead us not into temptation
But deliver from evil and someone you must all ride home
Because the piano has been drinking
And he's your friend not mine
Because the piano has been drinking
And he's not my responsibility
The bouncer is this Sumo wrestler
Kinda cream puff casper milk toast
And the owner is just a mental midget
With the I.Q. of a fencepost
I'm going down, hang onto me, I'm going down
Watch me skate across an acre of linoleum
I know I can do it, I'm in total control
And the piano has been drinking
And he's embarassing me
The piano has been drinking, he raided his mini bar
The piano has been drinking
And the bar stools are all on fire
And all the newspapers were just fooling
And the ash-trays have retired
And I've got a feeling that the piano has been drinking
It's just a hunch
The piano has been drinking and he's going to lose his lunch
And the piano has been drinking
Not me, not me, The piano has been drinking not me
lunes, 14 de septiembre de 2009
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