malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

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viernes, 8 de junio de 2012

habitación infinita - Tess Gallagher



Habiendo perdido el futuro con él,
estoy dispuesta a amar a quienes
no me ofrezcan futuro ‑la forma
que tiene el corazón de extraviarse
en el tiempo‑. Él me lo dio todo, hasta
el último y jaspeado instante, pero no como o exceso,
sino como si un propósito oculto fuese
una fuente junto al camino
a la que pudiera acercar mis labios y saciarme
de recuerdos. Ahora el amor en una habitación
puede hacer que me pierda con suma facilidad,
como una niña que hubiese de volver deprisa a casa
ya de noche, y tuviera miedo de
encontrarla vacía. O sólo miedo.

Dime otra vez, que esto sólo va a durar
lo que dure. Quiero ser
frágil y verdadera, como quien prolonga
el momento con su muerte intacta,
con su corazón, demasiado sabio,
limpio de los desechos que llamamos esperanza.

Sólo entonces podré volver a visitar al último superviviente
y saber, con, la alborotada exactitud
de una ventana rota, lo que quería decir,
con todo el tiempo ido,
cuando decía "Te quiero"

Y ahora ofréceme de nuevo
lo que pensabas que no era nada.

jueves, 15 de marzo de 2012

libélulas - enfant terrible


El único regalo de la literatura es pertenecer a un mundo irreal. El mundo real es una herencia cruel, servida en bandeja de plata, por un mayordomo teócrata, que corta el cordón umbilical. Irreal como adornado, blando, e incipiente, como el vello púbico en la infancia. Irreal como los muyahidines que suben a los minaretes de mi cabeza y, poco a poco, disparan la letanía de voces. Que convierte algunas palabras en emperadores, al menos, durante algunos segundos. Y después del confeti, sólo queda limpiar las frases, como un arqueólogo quita el polvo, con un cepillo suave, de algo que cree un descubrimiento. Regar la calle, rezarle al asfalto mojado, y atarse los cordones. Podría escribir una palabra en la luna empañada de cada coche. Y construir así, un poema de muerte y frío, que atravesara la ciudad. Deberíamos enfrentarnos, en un cuerpo a cuerpo, hoy, que os sentís poderosos en vuestras resacas. Aquí, en el barro en el que se trenzan las frases. Desnúdate. Los cuerpos teñidos de pintura fluorescente han salido a volar como libélulas. Todavía brilla algo dentro de nosotros. El único regalo de la literatura es pertenecer a un mundo irreal.

http://enfant.zonalibre.org/