malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

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jueves, 22 de junio de 2017

Oxígeno y café


























Navegamos el veneno
como ebrias estrellas de mar
que sueñan un camino de tierra
y un sol brillante y doloroso
que venga a secar toda la humedad
que no nazca del desgarro
Llegar a casa
y recorrer descalza su suelo frío
Desnudarme de escombros sin tregua
remorder el momento
como centinela de tu carne
Detenerme
Escribir un poema honesto y vulgar
que gima azafranes y tristezas
en algunos versos
y el resto sea un derrumbe lento
del edificio melancólico que construyen
las noches y las manos
cuando solos, nos devolvemos a la vida
Unos versos que se olviden rápido
pero sanen algún pedazo
mientras arrancan nuestra maleza con virtuosismo
y hacen banquete de los restos
Inventarle otro nombre a la distancia
-ese hilo quebrado-
y nunca albergar sentimientos tibios, domésticos, imperceptibles
Escalar una vez más tu espalda
antes del linchamiento en cobres y fugas
que son los recuerdos-avalancha
Y en el maremoto de la carne, cuando es lágrima excitada, exhibir los miedos,
claudicar hermosos
Tocarse y romperse
sin censuras ni matices
sacar del pecho el rompeolas
sin pretender más éxito
que el de aliviar al mundo


jueves, 4 de febrero de 2016

la carne a solas





“hay un charco de  sol sobre la cama”

Juan Bonilla

Acudir a la sombra de tu cuerpo,
como quien en mitad de todos los desiertos,
corazón en cuero y llamas,
gatea hacia el abismo
con el paisaje enloquecido en el pecho.

Seguir siendo fábrica de calimas
-deshechas con tanto amor-
y en el preludio de lo insoportable,
llegar a ti con arte de enfermera maldita,
a curarte cien miel veces el alma y la entrepierna,
antes, segundos antes,
de que llegue el dolor y nos dé el santo y seña.

Antes de que volvamos a rondar las barras
como animales sedientos
y amnésicos de su propia casa,
cama, plato, rutina.
En la antesala de la desesperación,
creciente, de luna y marea,
darnos amor severo.

Fascinados por las tintas del propio cuerpo
que arriban delirantes sin preaviso.
“tantos ojos fabricando la ceguera”,
hablémonos con las manos
siendo por una vez
verdaderos.

Aún así prefiéreme lunfarda,
más costoso será el olvido,
que arraigue el gemido de profundis,
que ensancharé la palabra
para que le quepa el mundo
y así poder manejar el abatimiento.

La carne a solas, que diría Biedma,
horas bonitas donde nace la fiebre,
los relámpagos,
las heridas de invierno.
Ser vino joven en labios agrietados.
Gritarnos versos franceses al oído.
Gatos leoninos que sudan bajo los coches en las ciudades.
Deambular a la hembra con tiento
y huir de la vida valium 10.
Rebobinar la sangre y la imagen del hambre,
no abrazar un holograma,
adecentar el calvario de no tenerse
 y revivir los principios
hasta el infinito y la muerte.

Hurga en mi corazón y abre la mano,
mientras te miro con ojos de dragona
y la rabia de todas las helena de Troya
que habitan tu mente y tu ansia.
Borrachos en el paraíso, 
perdedores satisfechos
de los que sólo escriben en el incendio.

Que esa mano, sin reloj,
salpicando tu espuma y el calor,
quiere ser eterna
no lo olvides.