el ave que canta en ese
trágico bosque de tinieblas
que todos llevamos dentro
H. James
saquemos al obsceno pájaro de la noche
rindámonos a él
por todo lo que nos persuade al interior de un vórtice
que ni huele, ni mancha, ni da calor
rindámonos a él
por todo lo que nos persuade al interior de un vórtice
que ni huele, ni mancha, ni da calor
ya que sólo
estamos hechos de trazos hasta que se vuelca la vida
volquémonos
volquémonos
como cáliz repleto de llanto
porque
este cielo fúnebre te provoca
con falsas
promesas y te incita a escupir poesía
mientras
haces panal de mi boca
mientras haces puñal de tu lengua
mientras haces puñal de tu lengua
hay una
isla en mí y no hay rezo que la calme
someternos
a esa ablación del amor
postrados
reptantes
no es salvación
se me
retuerce un corredor por dentro
y me
chillan las sombras que ocultan mi hondura
sácame de
aquí
pues lo
que encierra el poema es lo que tú desprendes