Vas acostar-te amb la mà oberta,
em vas dir té, fica-hi vertigen.
B.L.V.
(apnea lírica, leer sin respirar en el palacio de tu boca)
hay un otoño que delira en el jardín
como un canto soterrado
mientras nuestras miradas hacen tribu
y la grieta dibuja un atardecer color dátil
y yo muerdo las ramas de mi árbol,
ya sea dichosa o triste, mis ojos brillan como un fuego
y esa es mi trampa.
vengo a hacer candela dulce
mientras me muestro atrigrada y atesoro mis astillas,
no hay mucho más, la patria que hallas en mis muslos
y un amor animal que trae siempre un arañazo en el pecho,
y la culpa del verbo y su acrobacia.
busco un derrame, no una lluvia parisina.
una vitrina llena de hielo y vapor.
folios sudando tintas necesarias y negras.
un puño caliente.
una voz.
una diosa que arrasa y duerme
y alberga en su esternón una araña
que se revuelve ebria de euforia
y rayos de esperma,
porque el papel de calco
quiere arder cuando el verso se hincha como mis venas.
y en tu sed
yo te recito el almíbar
y en tu insomnio
cepillo las crines de las horas en las que te sientes solo.
caigo,
me dejo
y sucumbo
pero no me ves,
porque mi caos es una arrabalera con cuchillo de plata,
me arrincona y con sus proclamas me vence y me arrodilla,
bendita estampa llena de rabia.
te doy el vudú del verbo
que mi cabello es como la yerba de tu sendero
y espero a que se te pase el miedo,
cuento despacio,
como en la tormenta.
un ángel furioso se pierde en los mapas
de las ceras derramadas de las velas
que rompen las noches.
y te digo: mi almohada está tan salada que parece un mediterráneo.
y te digo: a mi dame el ritmo quebrantado
y el lenguaje de mi vientre cuando grita
y vamos juntos a la cima del gemido
que después ya llegarán las mayúsculas de la filosofía
para dar nombre a tanto vacío que nos llegará más tarde.
que ahora las ráfagas de hachís
y las velas que se desnudan en lágrimas blancas
quieren manifestarse escandalosamente
y lograr sus propósitos,
abandonar el surco
y
delirar.