malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

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domingo, 7 de octubre de 2012

José Manuel Caballero Bonald





y   t ú    m e   d i c e s

Y tú me dices, que tienes los pechos vencidos de esperarme,

que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
 

j  e     e  t  s     u  n     a  u  t  r  e

Vengo de muchos libros y de muchos apremios que la
imaginación dejó inconclusos. Vengo también de un
viaje absolutamente maravilloso que no hice nunca a
Samarcanda. Y de un temor consecutivo vengo igual
que de una madre. Soy esos hombres juntos que
mutuamente se enemistan y ando a tientas buscando el
rastro de una historia donde no comparezco todavía.
¿Seré por fin ese protagonista que desde siempre ronda
entre mis libros y que también está aquí ahora
sustituyendo a quien no sé? Sólo el presente puede
modificar el curso del pasado.



lunes, 1 de noviembre de 2010

José Manuel Caballero Bonald

 j  e     e  t  s     u  n     a  u  t  r  e

Vengo de muchos libros y de muchos apremios que la
imaginación dejó inconclusos. Vengo también de un
viaje absolutamente maravilloso que no hice nunca a
Samarcanda. Y de un temor consecutivo vengo igual
que de una madre. Soy esos hombres juntos que
mutuamente se enemistan y ando a tientas buscando el
rastro de una historia donde no comparezco todavía.
¿Seré por fin ese protagonista que desde siempre ronda
entre mis libros y que también está aquí ahora
sustituyendo a quien no sé? Sólo el presente puede
modificar el curso del pasado.





 y   t ú    m e   d i c e s

Y tú me dices, que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.

miércoles, 16 de junio de 2010

Tratado de anatomía - José Manuel Caballero Bonald

Cuerpo, árbol triste, piedra
desmantelada,
¿en qué interino
rincón de la memoria has ido almacenando
tus anhelos, tus lastres, tus malditas
condescendencias con la soledad?

Las mermas sucesivas de los años,
sus fases de ufanía, ya son sólo
constancias azarosas:
allí una luz presunta
amagando en lo oscuro, aquí un atisbo
de pasión apenas persuasiva,
por todas partes esa mezcla
de contumacia y de incredulidad.

Cuerpo baldío: vida devaluada.