No es mucho pero traigo la palabra frondosa
y el loop del gemido que estalla como una cerveza que cae de
mis manos
me polarizas, eso es todo
el aliento se pixela
en mitad de la cronología del oleaje
roma o su dislexia
nadie lleva la cuenta
en la noche de lo abstracto
mis aceites y todas las lágrimas degolladas
haciendo nube
la tormenta es una fórmula para acabar con todo
porque así, derramados, nos damos forma
amortiguando cada roce, el vaivén de las barcazas,
trincheras para tus ochomiles,
el calor y tus ráfagas,
mientras pronuncio el maremoto y la pulpa del momento
-algo que atrapar-
maniobras del que late e inventa rezos para que no escampe
el deseo
el deseo y su propia obsolescencia programada
administrar nuestro oxígeno y nuestra agua
el cuidado de lo salvaje
nosotros, escenario, montaña
nosotros una supernova
y alrededor, sin angustia,
lo indeterminado
la tormenta es una fórmula para acabar con todo.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada. Besos.
Mil gracias! Eres aliento
EliminarMe encantó.
ResponderEliminar"La tormenta es una forma de acabar con todo"
Y también de alimentar el deseo, creo.
Beso
Sin duda! Gracias por el latido
EliminarPoderosísima
ResponderEliminarInmenso abrazo
EliminarEl cuidado de lo salvaje...
ResponderEliminarEsa expresión es toda una genialidad en el contexto del poema.