hay una mujer que se desviste de brumas en cada
verso
y que no piensa jamás desprender tibieza.
Una mujer que le va a tomar el pulso a tu instinto
para probar la luz que horada túneles en tu mar
derrumbado
- mientras boqueas como pez drogado en mi sexo.
Ahora que cavas mi tierra en busca del olvido,
porque es necesario enloquecer de vida,
y lo sabes.
Porque es necesario mantenerse con las velas
desplegadas
e invocar al viento
– y nunca suave.
Traigo un trapecio en el alma
y un latido que me delata
mezclado con un rezo insano por la carne.
Me hieres de fiebre las mejillas
y mi pelo se mueve
como animal embravecido.
Así te amo, hasta hacernos sangre.
Así, amortajados en llanto y sudor,
nos enfrentamos a un tango de piel y pérfidos
estambres,
porque sabemos que no hay goce en el simulacro,
no hay miedo, no hay pavor.
Porque habitamos el desgarro,
sin credo ni
mansedumbre,
obrando el lírico estertor.
Balbuceo,
balbuceas,
la brújula hecha añicos,
qué sentido tendrá el norte
para la hembra en tus aullidos.
Es una belleza de poema, la situación que describe como móvil de la inspiración se siente palmaria, es realmente bello. Y el final es maravilloso. Me ha gustado muchísimo. Saludos.
ResponderEliminarSiempre habitando el desgarro Sheri, no puede ser de otra manera.
ResponderEliminarBesos desde la isla vecina.
Anhedonia es una palabra que trae implícita la herrumbre de los huesos. Pero tú estás protegida. Sé que estás protegida. Julia, estás protegida. Desde adentro.
ResponderEliminarBesos.
Bocanadas de sexo entre humo y sangre: buena mezcla...
ResponderEliminarUn poema muy post―beat que me recuerda los buenos noir.
Un abrazo, Anna
Siempre me tocas la fibra, aysssss
ResponderEliminarnuna me dejas indiferente
un abrazo
Ahora que cavas mi tierra en busca del olvido. Creo que es de lo más hermoso que he leído últimamente. Es una imagen que te deja suspendido, te abraza y te embriaga. Gracias por tanto oxígeno, gracias por este poema. Un abrazo inmenso.
ResponderEliminarTodos los rezos son insanos y simulacros, tu poema es intensidad puesta en el filo de un cuchillo.Corta, abre, horada... Magnífico, cuánta fuerza en tus poemA, gracias miss
ResponderEliminaresta sí que sabe fumar, pero estoy seguro que su pelo no se mueve como animal embravecido.
ResponderEliminarmaravillosa como siempre Miss.
No lo habìa leìdo. Es realmente precioso. Como el gesto del pez.
ResponderEliminarPoema que nos arrebata y sumerge entre peces drogados por la pasión.
ResponderEliminarBesos.