Podría negarlo y decir que rebasé meta
que no era yo la que escupía sangre en la cuneta
la que se limpiaba la boca con el dorsal de número imposible
sí, la que sudaba y jadeaba alejándose
también podía ser yo esa que amanecía con fuerza
enlazada a cualquier sol, sofá o excusa
la que no pedía un último abrazo
ni tu número de teléfono
colofón de resaca del mediocre
ni te abrió todos y cada uno de los pozos
sin que lo pidieras
y podría ser yo una mole de sangre, cabellos y pulso
que no sientan nada por ti y tus arrecifes
que no bombeen sangre en tu llamarada
ni ganas de hacerte cobijo,
incendiarte o abrirte en canal cada fracaso
por el gusto de suturarte a mamadas los daños
y decirte lo tuya que soy a kilómetros de distancia
podría no decirte algo bonito
que hayas escuchado mil veces pero no con tanta miel
y en mitad del deterioro
algo que te destroce lentamente
hasta correrte cada vértebra y descosido.
Podría acercarte tanto que ya no supieras quién eres
y sobre todo quién fuiste.
Podría ser esa primera raya de la noche
sobre el mantel de hule
que tan bien te sienta,
o la calada infinita que te humea el alma
y te recuerda que eres carne
y te recuerda que luego serás polvo
y te recuerda que ahora estás vivo
podría pero no soy nada de ello
porque has vuelto a ganar
y sigo arrastrándome por un fango infinito
donde espero no reflejarme
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